"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

domingo, 28 de noviembre de 2010

Página de sucesos. Relato

Fue un golpe seco lo que por unos instantes paró el tiempo y disolvió la prisa. Si la prisa, ese virus que penetra a traición y una vez dentro se asienta, echa raíces, te atenaza y poco a poco acaba contigo.
El despertador lleva más de media hora sonando, por fin lo oyes. Cansada, después de haber pasado una mala noche, te levantas de mal humor. Tu hijo, de siempre madrugador, sigue durmiendo, de buena gana lo dejarías y volverías a la cama, pero no es sábado ni domingo, es miércoles y te has levantado con retraso. El crío a regañadientes se viste, se lava y desayuna, a sus ocho años es muy responsable y entiende que hay que darse prisa. Lo abrigas bien, hace frío y en la moto más aún. Salís disparados, no hay tiempo que perder, lleváis demasiadas broncas, tanto en el colegio como en el trabajo. El tráfico va fluido por lo que aprietas el puño, con un poco se suerte llegareis a tiempo. Las nueve menos tres minutos, aprietas más el puño, sin darte cuenta te saltas un ceda el paso, una furgoneta circula por la calle que vas a cruzar, también va con el tiempo justo, podría no haber ocurrido pero coincidís y chocas contra la aleta delantera. Aturdida buscas a tu hijo y no lo ves, lo llamas, te quedas paralizada cuando alguien te indica que tu hijo salió despedido hacia adelante, salto la furgoneta y se estampó contra el asfalto. Ya no hay prisa, hay incredulidad y dolor, mucha incredulidad, mucho dolor y mañana, una pequeña nota en la página de sucesos.

sábado, 27 de noviembre de 2010

aniversario

El pasado 18 de noviembre cumplió un año este blog y se me pasó felicitarlo, debe ser que lo tengo algo descuidado. Nació por casualidad, casi sin quererlo, y ya va cumpliendo años, tomando cuerpo y quien sabe a lo mejor el niño hace carrera en el Internet, pero por el momento habrá que cuidarlo y alimentarlo con nuevas entradas. Aunque tiene una audiencia baja, una media de 10 visitas diarias, va cumpliendo su función: servir de escusa para escribir, para fabular, para inventar, para hurgar en las dudas y para ordenar ideas y neuras que me asaltan a diario o de vez en cuando, que para el caso es lo mismo.
Hay muchas maneras de visitar este o cualquier otro blog. La más corriente, la que todos hacemos, leer la última entrada y si nos gusta la anterior, visitarlo de vez en cuando y leer lo más reciente. Pero hay otras maneras, pinchar las etiquetas o tags y ver que entradas se relacionan por la palabra elegida. A veces, porque la página nos interesa, iniciamos la lectura por el primer post y los leemos todos de forma cronológica descubriendo así que cada entrada es como una pincelada de un cuadro inconcluso, de una imagen que ha ido surgiendo poco a poco. Tan solo espero que la imagen que se trasluzca tras este blog invite a seguir visitándolo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Ironías de la vida. Relato

(Relato enviado al concurso Relatos en Cadena, del programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser, no seleccionado)

Rutinariamente, intercambio sus pulseras identificativas mientras duermen en las literas. Comencé forzado por la curiosidad, a ver que ocurría. Continué amparado por un método, pero últimamente actuaba con precipitación, sin medir las consecuencias. Tal afición profesaba que había perdido el control, el orden y la mesura. Y aquí me tenéis a dos metros bajo tierra, encerrado en un sarcófago cumpliendo una sentencia.¿Mi culpa?, ironías de la vida, dormirme con la pulsera puesta de un condenado a morir sepultado.

viernes, 5 de noviembre de 2010

AVE Madrid-Valencia, la manipulación constante

Todo es alborozo. Por fin, el próximo 18 de diciembre, el AVE llega a Valencia, aunque con 18 años de retraso según los dirigentes del PP valenciano. Retraso que podría haber sido mayor si no es por su empeño e insistencia, afirman los mismos.
Vaya por delante, que a mí el AVE me parece un despropósito, que con ese dineral se podrían haber mejorado las vías convencionales y ampliado las cercanías a media España, pero yo no soy ingeniero ni político y quizás esté por ello equivocado.
Lo que me llama la atención es la desvergüenza con la que afirman que llega con 18 años de retraso. ¿Qué querian que llegara en 1992, a la vez que a Sevilla y antes que a Barcelona?. Las cuentas no me cuadran, si la obra ha durado 7 años entre el proyecto y la ejecución, y era tan urgente como nos quieren hacer creer ¿Por qué no se ejecutó durante los 8 años de gobierno de Aznar? ¿Qué hicieron estos aguerridos peperos, en aquellos gloriosos años, a parte de poner primeras traviesas por donde nunca pasaría el tren?.
La Generalitat Valenciana publicita estos días la “TRIUNFAL LLEGADA”, atribuyéndose la obra y gastándose un dinero que niega a otras partidas más necesarias.
La memoria es flaca y los manipuladores se aprovechan de ello.

Un dia en la playa. Relato-réplica

( Esto es una réplica o variación sobre un relato de mi amigo Cipri publicado en su blog “a desproposito”, el pasado 29 de octubre, bajo el titulo “El Bañista”. Este es el enlace para que podais leerlo:
http://lacomunidad.elpais.com/antoni/2010/10/29/el-banista  
Un saludo)

Tan acostumbrado estaba su cuerpo al paseo diario, que ni en aquel extraño día pudo prescindir de la brisa marina, de las dunas cambiantes, de la arena fina, de aquel mar tan familiar pero tan lejano. 
Se encontraba cansado, muy cansado, por lo que cogió la silla plegable, la sombrilla, la radio y una manta por si le daba frío. Se acercaría con el coche y pasaría la mañana sentado, mirando el ir y venir de las olas, llenando de aire limpio los pulmones, quizás echaría un sueño, el sueño que necesitaba. 
La playa estaba tranquila, como siempre solitaria y acogedora. Colocó la silla en un extremo, donde se acababa la arena y un feo montículo lleno de broza indicaba el final de la cala. Se acomodo dispuesto a disfrutar del relajo de un día luminoso, cálido pero sin bochorno. El cansancio le fue venciendo poco a poco, con sigilo, con determinación, sin pausa. Cayó en un profundo sueño, en un oscuro e inacabable hoyo. 
Cuando lo encontraron los bañistas, lo creyeron dormido hasta que se acercaron. Su muerte era tan plácida, tan atrayente, que permanecieron tres horas a su lado mirando el horizonte. Al atardecer, abandonaron la playa despacio, en silencio, reteniendo aquella imagen: el mar, la arena, el aire limpio, la sombrilla y una silla donde un viejo descansa. 
No avisaron a la policía, las sirenas solo romperían aquella armonía.