"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

domingo, 25 de septiembre de 2011

Tiempos de venganza

“Yo no maté a vuestro hijo, padre o hermano. Soy inocente.” Fueron las últimas palabras de Troy Davis. Tras veinte años en el corredor de la muerte por un crimen del que no hay indicios claros que cometiera, dadas las irregularidades del proceso, ayer fue ejecutado después de que el Tribunal Supremo denegara el recurso de última hora de la defensa. Recurso que retrasó la ejecución cuatro horas sobre el horario previsto lo que indignó a la familia de la victima, presentes en la ejecución y ansiosos de calmar su sed irracional de venganza aunque fuera sobre un inocente. Una vez ejecutado Troy, los familiares, del policía asesinado hace más de veinte años, descansan y con ellos la civilización norteamericana puede celebrar que se ha cumplido “justicia”. Esta aptitud es la que nos separa de los animales, ellos olvidan, nosotros no, diría un buen ciudadano, pero no debo de ser buen ciudadano y al leer la noticia, el cuerpo me pide retroceder millones de años en la evolución hasta la época en que vivíamos en los árboles.

sábado, 24 de septiembre de 2011

La pesadilla. Relato

(Relato basado en “El dinosaurio” de Augusto Monterroso y en los tiempos que corren)

Al amanecer, cuando despertó abatido y destrozado por una pesadilla que había invadido sus sueños, comprobó que aquella se había materializado

viernes, 16 de septiembre de 2011

La noche. Relato

(Ha empezado de nuevo el concurso de microrrelatos de la SER y como no me han seleccionado, ya es costumbre, cuelgo aquí el relato. Supongo que ya lo sabreis, pero de todas formas lo recuerdo, la frase en negrita es la propuesta por el concurso.)

La noche es una estrella en tu cucharilla, le dijo a su nieto mientras desayunaba sopas de café negro y veía como el pequeño no paraba de echar cacao a las suyas intentando conseguir el mismo color que las del abuelo. No te esfuerces, continuó, cuando seas mayor quizás se apague tu estrella como se apagó la mía y tus sopas se vuelvan negras, pero si puedes evítalo y mantén encendida la llama. Las sopas negras son más amargas.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Xavi, el triunfo de la inteligencia

Hace unos días, un jugador discreto pasó a ser el jugador de campo que más veces ha vestido la camiseta de la selección nacional, un jugador que representa el juego colectivo, el sacrificio y la inteligencia.
A los que amamos el fútbol cuando este une fuerza y razón, rapidez en el toque y sutileza, visión global y llegada al área, entrega y pausa, furor y elegancia, nos satisface que quizás el mejor jugador que ha dado esta tierra dispersa que algunos llaman España, haya alcanzado su merecido reconocimiento. Hablo de Xavi, la ciencia hecha fútbol, el ajedrez sobre el césped, la trigonometría jugando a la pelota. Si, chaval, has elevado este juego a la categoría de arte, de problema matemático, desterrando la sempiterna furia española, esa garra de sobacos sudados y monosílabos patrióticos, que solo servía para soliviantar pasiones enfermizas. Gracias por tu oficio. Gracias por tu constancia. Gracias por tu agudeza, por tu lucidez, por tu olfato. Gracias por todo.

domingo, 4 de septiembre de 2011

En recuerdo de Camarón

Enciendes un cigarro y mientras el humo invade tus pulmones en la televisión Óscar Jaenada, transformado en José Monge, Camarón de la Isla, canta la cigarra.



Ya no cantes cigarra,
apaga tu sonsonete,
que llevo una pena en el alma,
que como un puñal se me mete
sabiendo que cuando canto
suspirando va mi suerte.

Bajo la sombra de un árbol
y al compás de mi guitarra
canto alegre este huapango,
porque la vía se acaba
y no quiero morir soñando,
ay, como muere la cigarra.

El humo invade la habitación y arropado por la niebla que se crea viajas entre recuerdos e ilusiones, caminas por las cuestas de la Chanca antes de que la derribaran, cuestiones de salubridad dijeron, entre cuevas superpuestas, unas encima de otras, buscas a Alfonso, tu colega, que vive en la parte alta. La noche es clara, la rambla del Caballar, en la que se asienta el barrio, está tranquila, caminas entre cagadas de niño chico y basuras abandonadas. Suena Camarón, cantando a Garcia Lorca, alguien lo escucha con el volumen alto y gracias a la resonancia la música invade el barranco, nadie protesta, no hay razón para la queja. 

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

El tiempo va sobre el sueño
Hundido hasta los cabellos
Ayer y mañana comen
Oscuras flores de duelo

Sobre la misma columna
Abrazados sueño y tiempo
Cruza el gemido del niño
La lengua rota del viejo

Y si el sueño finge muros
En la llanura del tiempo
El tiempo le hace creer
Que nace en aquel momento

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño”

En el barrio hay poca luz y la voz de Camarón impregna los cerros pelados, resecos. La Alcazaba, justo enfrente vigila la noche serena. Dentro de las cuevas el silencio es absoluto, Alfonso duerme, cansado después del último ataque epiléptico. Sales a la puerta a liarte un cigarro, el “quejío” sigue invadiendo la noche, la luna viaja despacio por el cielo de Almería, y entre el humo el tiempo pasa volando. En el televisor, Óscar Jaenada canta en la piel de José Monge mientras los títulos de crédito surgen a su lado. Apagas el televisor, es tarde, el tiempo es caprichoso, a veces se detiene y otras corre veloz y no eres capaz de seguirlo.