"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

martes, 3 de septiembre de 2013

Instante 46. Noche de agosto en la playa de Cabo de Gata

Miras al Este, la luna, inmensa, redonda, emerge tras la negra silueta  de la Sierra de Gata.
A la derecha, al Sur,  la mar se acerca a la orilla, la lame, la riega. A la izquierda, al Norte, las salinas y sus flamencos, tras ellos el desierto cubierto de plástico “productivo”. Al Oeste, las luces lejanas de Almeria y la sombra espectral de la Sierra de Gador.

Te tumbas y contemplas como la luna despierta e ilumina el agua. Como viaja sobre las olas que golpean la playa y contempla las caricias de unos pies que se buscan. Como irradia la arena, esos granos blancos y grises, esas conchas y cristales pulidos por la fuerza del agua y del viento.

La luna, el silencio, la noche, la brisa, la sierra... El tiempo paralizado bajo un manto de estrellas ilimitado, profundo, inabarcable.