Intento
saludarte desde esta orilla.
Te
miro buscando una respuesta
mientras
sonríes a la brisa que mueve las hojas.
Nunca
vi tus ojos tan abiertos,
nunca
vi tu paso tan firme.
Cruza
una paloma la plaza
y
la sigo intentado averiguar su camino.
Cuando
vuelvo la mirada no encuentro tu silueta,
solo
un espacio vacío que poco a poco se llena de aire.