(Texto que envié al concurso Relatos en cadena y que fue finalista en la primera semana de mayo de 2010 por lo que aparecía en la página de dicho concurso. He detectado que el enlace ya no lleva al relato por lo que he decidido colgarlo en mi blog)
Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared, la fotografía fue de mano en mano. Era una foto vulgar, una pareja joven saludando bajo el letrero de una estación de tren. No recuerdo el lugar, pero lo impactante, lo que atrapó nuestra atención, fue lo que ocurría a sus espaldas. Era algo que no se apreciaba a primera vista, que pasaba desapercibido. Un detalle en el margen, un poco desenfocado, que cuando captaba tu atención dominaba la escena, te atrapaba, no te daba tregua. Un abuelo se tiraba a la vía, al paso de un tren sin parada, mientras miraba fijamente a la cámara.
Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared, la fotografía fue de mano en mano. Era una foto vulgar, una pareja joven saludando bajo el letrero de una estación de tren. No recuerdo el lugar, pero lo impactante, lo que atrapó nuestra atención, fue lo que ocurría a sus espaldas. Era algo que no se apreciaba a primera vista, que pasaba desapercibido. Un detalle en el margen, un poco desenfocado, que cuando captaba tu atención dominaba la escena, te atrapaba, no te daba tregua. Un abuelo se tiraba a la vía, al paso de un tren sin parada, mientras miraba fijamente a la cámara.