"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

martes, 30 de marzo de 2010

Alcohol y Hogueras (relato)

(Relato enviado a la sección Relatos en cadena del programa Hoy por Hoy de la cadena SER)

¡Imbéciles! ¡Gilipollas! ¡Cabrones! Gritaba mientras blandía una botella de whisky ya bebida. ¡Gilipollas! ¡Cabrones! ¡Imbéciles! Increpaba a esos seres de otro mundo, a esos marcianos que habían aterrizado en medio de la calle y le impedían el paso. ¡Cabrones! ¡Imbéciles! ¡Gilipollas! Fueron sus únicas palabras cuando la policía lo detuvo a altas horas de la madrugada.
¡Imbécil! ¡Gilipollas! ¡Cabrón! Lo más suave que oyó después de que hubiera destrozado la hoguera de aquel barrio. ¡Gilipollas! ¡Cabrón! ¡Imbécil! Fue su saludo ante el espejo ya consciente en comisaría. ¡Cabrón! ¡Imbécil! ¡Gilipollas! Se decía a si mismo a la salida del juzgado.

La corrupción entre la lucha y la hucha

"El PP será implacable en la lucha contra la corrupción", con esta frase lapidaria el señor Rajoy se despedía de los periodistas, cuando estos le preguntaban sobre su amigo Jaume Matas, la cara amable de la derecha, el ejemplo a seguir, el que estaba haciendo en Baleares aquello que haría él en España si gobernase, (ahora sabemos lo que nos espera si gana las elecciones).
Lo que no queda claro es lo que quiso decir don Mariano con la susodicha frase, ¿Expulsará de su partido a las decenas de cargos imputados que aún siguen en él? ¿ordenará la publicación de los expedientes que tanto el gobierno valenciano como el madrileño se niegan a hacer públicos?. No creo, quizás la situación de su amigo le confundió, le hizo cambiar alguna palabra, decir lo que no pensaba. “A lo mejó” su pensamiento estaba más cercano a, “El PP hará un uso impecable de la hucha obtenida con la corrupción”. Es solo una suposición, pero un ejemplo de ello nos lo ha dado el propio Matas.

martes, 23 de marzo de 2010

Cuentos encadenados 17: El regreso

Incapaces de salvarlo de la rutina, de los tics, de los actos repetitivos. Así consideraba a los ritos aprendidos, a las enseñanzas heredadas.
Fue despojándose, al principio con cautela, más tarde con fruición, de costumbres, hábitos y recuerdos hasta que se sintió libre, limpio, leve como una nube. Dedicó todo su esfuerzo a la pureza, a un renacer simbólico en la claridad, en la limpieza, en la verdad. Comenzó de nuevo desde cero, desde el inicio etéreo. Recreó su vida paso a paso. Inventó códigos nuevos. Recorrió caminos desconocidos, espacios novedosos. Pero, como atrapado en un circulo implacable, retornó a la misma rutina, reprodujo los mismos o parecidos tics, realizó los mismo actos, celebró los mismos ritos aunque con diferente traje, repitió las mismas enseñanzas. Viajó huyendo, buscando un sueño y volvió sin darse cuenta, sin percibirlo...
Los mismo pasos, la misma calle, el mismo perro, el mismo árbol, el mismo cielo, la misma puerta.
Introdujo la llave en la cerradura, la giró y empujó. Encendió la luz y esperó unos segundos antes de entrar. La casa estaba fría, helada, meses cerrada le habían conferido cierto halo fantasmal. Abrió las ventanas y se sentó en el sofá. Revisó con la mirada cada detalle de la habitación. Respiró profundamente el aire familiar, conocido, que habitaba entre esas paredes. Estiró las piernas, se acomodó y poco a poco se fue durmiendo. Por fin se encontraba a gusto, estaba en casa.

lunes, 22 de marzo de 2010

Cuentos encadenados 16: La rutina

No podía ir a trabajar, era superior a sus fuerzas. El médico le decía que no tenía nada, que estaba sano como un roble, pero sólo pensar en los expedientes encima de la mesa que no paraban de crecer, en los archivadores renqueantes por los años de uso que amenazaban con caersele encima, en el tipex que cubría de blanco todo su esfuerzo, en los rotuladores fluorescentes que remarcaban sus obligaciones, en los clips y las grapas que lo sujetaban para que no huyera, en la luz pálida que invadía el espacio, en la voz del jefe que ordenaba lo imposible, en el café de maquina que agujereaba el intestino, en el sándwich de media mañana insípido y reseco, le subía la temperatura a más de 38 grados y caía en un hoyo oscuro, profundo, en un pozo del que no podía escapar.
Apagó el despertador. Como todos los lunes, ese ruido repetitivo, monótono y familiar lo había rescatado del sueño periódico, que invariablemente lo atrapaba los domingos por la noche, para arrojarlo a la realidad perenne y tediosa que lo reclamaba. Se levantó y fue al cuarto de baño. Se duchó, se afeitó, planchó la ropa y, ya vestido, desayunó. A las ocho menos cuarto, puntual, como todos los lunes, martes, miercoles, jueves y viernes abandonó la casa.
Le esperaban cinco días programados, metódicos, cinco días que desembocarían en cuarenta y ocho horas breves, ligeras, incapaces del salvarlo de la rutina.

sábado, 20 de marzo de 2010

Cosas de la Globalización

Acabo de leer en el periódico Público, el articulo “Los políticos de izquierda ya no entienden la furia de la gente común” Versión completa de una entrevista con Thomas Frank, periodista y escritor norteamericano, realizada por Amador Fernandez-Savater, en la que analiza el auge de la ultraderecha en EEUU, el auge de los Tea Party, “movimiento de base ultraconservador que utiliza como referencia el“motín del Té” contra los británicos del siglo XVIII... Es un fenómeno surgido en la recesión, que organiza concentraciones (tea parties) en diferentes ciudades para denunciar los rescates de grandes empresas, los impuestos y el tamaño del Gobierno... Hablan de sí mismos como de un levantamiento popular contra “los políticos y los partidos” que se han vuelto “corruptos, sobornables y elitistas”...El comodín de esta baraja es el popular presentador televisivo Glenn Beck, un hombre de la derecha más extremista que utiliza su programa diario para ilustrar sus variadas y asombrosas teorías conspiratorias. Los miembros de las tea parties suelen ser devotos seguidores del programa de Beck y reproducen sus peculiares explicaciones sobre el funcionamiento del mundo. Es un movimiento contra el poder moldeado y pulido por un grupo de personajes conocidos sobre todo por su habilidad para hacer uso del poder.
Mientras leo la entrevista, no puedo evitarlo, me asaltan imágenes de España: Manifestaciones contra el aborto , la Memória Histórica o la ley de matrimonio homosexual. Rebeliones y soflamas del PP por la austeridad en las cuentas públicas, mientras desvían fondos a asuntos privados. Editoriales de medios neoliberales como Intereconomia, Libertad Digital o El Mundo, exigiendo la desregulación total como panacea para los males que ellos provocaron. Personajes mediáticos, como Jimenez Losantos o Pedro J., bruñidores de teorías conspirativas que atraen a los más desfavorecidos para construir sobre ellos un futuro a ritmo de mercado y sálvese quien pueda.
La entrevista habla de Estados Unidos, pero es como si me hablaran de España. Cosas de la globalización.

viernes, 19 de marzo de 2010

Demócratas, pero no tanto

¿Que miedos, que fobias o que intereses se ocultan detrás de la negativa del PSOE a reformar la ley electoral? ¿Consideran legitimo o democrático que un diputado socialista o popular cueste algo menos de 67.000 votos, mientras que uno de izquierda unida salga por unos 500.000?.
Del PP me lo esperaba, pero por mi ingenuidad ya manifestada anteriormente, pensaba que el PSOE tendría mayor honestidad política, un concepto amplio de la democracia y no esta aptitud ruín y cobarde, estrecha e interesada, ese gusto por jugar con ventaja, con las cartas marcadas y la banca de su lado.

La democracia de Rajoy

Rajoy aprovecha su viaje a Colombia para arremeter contra Chavez. Se puede criticar al líder venezolano, por sus exceso verbales, por sus formas o por su pasado golpista,pero todavía no se le pueden achacar los casi 50.000 desaparecidos a manos del ejercito o grupos paramilitares ( 25.000 reconocidos por la Fiscalía General colombiana), lo más de 4 millones de desplazamientos forzosos, las más de 6 millones de hectáreas robadas de forma oficial que han pasado a manos de la oligarquía en los últimos 8 años, las más de 4200 fosas comunes denunciadas, los 7500 presos políticos, los 2649 sindicalistas asesinados..., que si se le pueden achacar al presidente Álvaro Uribe.
No nos equivoquemos, el gobierno colombiano no lucha contra el terrorismo, aunque a las FARC se las pueda tachar de ello. No lucha contra el tráfico de droga, pues esta está controlada en su mayoría por gente cercana al señor Uribe. Lucha contra los campesinos, dueños de tierras anheladas por los latifundistas y las multinacionales por sus riquezas naturales.
Apoyar, como apoya Rajoy, al presidente colombiano es apoyar los secuestros, las desapariciones, las ejecuciones extrajudiciales, el desplazamiento forzado, el expolio de tierras, en definitiva el genocidio.
Si eso es lo que consideran democracia, mejor huyamos de estos demócratas y sus milongas.

miércoles, 17 de marzo de 2010

El método. Relato

(Relato enviado el 14-3-2010 a la sección “Relatos en cadena”, que se emite los jueves a las 10´30 horas en el programa “Hoy por Hoy· de la cadena ser. Al principio era más largo, unas 160 palabras, pero como exigen un máximo de 100, tuve que pulirlo, lo malo es que lo hice sobre el original y no sobre una copia por lo que no podemos comparar para ver si había ganado y perdido con la poda,)

Prisionero de su esfera, atrapado en su papel, oscuro, frió... impenetrable.
Se levanto y se dirigió a la cafetería, llevaba una mañana agotadora, decenas de entrevistas antes de elaborar el informe requerido desde arriba. Era un trabajo desagradable, pero años ejerciéndolo habían generado callo, coraza contra el sentimentalismo. La cuenta de resultados era lo importante y su método nunca fallaba. Veinte entrevistas más y habría terminado, luego un somero repaso y las conclusiones viajarían hacía el despacho del presidente que con su firma avalaría los despidos. Después disfrutaría de un merecido descanso en alguna isla exótica.

Entre Gürtel y la Justicia mejor me quedo en casa

No salgo de mi asombro cuando encuentro nuevos datos sobre lo que rodea a la trama Gürtel, (lo reconozco, soy un poco ingenuo, que voy hacer son restos de un pasado rousoniano). No hablo de la trama propiamente dicha, sino de los peones que se mueven armónicamente para desactivar el caso.
En un principio descubrí al más que amigo del señor Camps, Juan Luis de la Rua presidente del TSJCV, archivando de forma rauda y veloz el asunto de los trajes. Ayer leí que el colegio de abogados de Madrid, que mediante una querella pretende invalidar las escuchas telefónicas ordenadas por Garzón, amparadas por la fiscalía y luego validadas por el juez instructor del TSJM el señor Pedreira, tiene como decano a Antonio Fernandez-Gil compañero de responsabilidades en Repsol de José Ramón Blanco Balín imputado en la trama. Hoy me entero que Emilio Fernandez Castro, uno de los tres jueces que tiene que decidir sobre la anulación de las escuchas telefónicas realizadas en prisión a los imputados de trama Gürtel, rechazó una querella contra el Albondiguilla y el empresario Jose Luis Ulibarri sobre una adjudicación fraudulenta, que dos años más tarde, en un auto del juez Garzón, era considerada una acción más de la red de Correa. ¿Qué veremos mañana? Mejor no pensarlo y dejar que el tiempo nos sorprenda, si a estas alturas algo nos sorprende en relación a este caso.
Al margen de esto no estaría mal un ERE total al sistema judicial y dar entrada a savia nueva, no es que con ello piense que se pueda alcanzar la imparcialidad, todos en mayor o en menor medida estamos contaminados, pero por lo menos habría que intentarlo.

martes, 16 de marzo de 2010

Juego marcado

Es domingo, pongo la televisión, en un telediario veo la cara de Camps, más relajada que hace unos meses, más segura, más sonriente. Rodeado del Rajoy, la Barberá y el Pons, posa ante sus allegados convencido que esa partida de poker llamada Gürtel la va a ganar.
Tan confiado se le ve que quizás tenga razón, demasiados ases en su mano suministrados por ese tahur llamado Trillo, demasiados croupiers amigos que visten la toga cuando es necesario, demasiados figurantes que alrededor de la mesa intentan averiguar e invalidar el juego contrario, demasiadas cartas marcadas, demasiadas risas indecentes, demasiados trajes, demasiados bolsos, demasiado puterío de lujo, demasiados ferraris, yates, eventos, convites y otros saraos. Demasiada cara dura, demasiado cinismo. Don Tancredo toma la palabra, feliz de volver a tierras valencianas, promete que cuando gobierne se acordará de nosotros.
Mejor que nos olvide, que la imagen sea un falso presagio, un mal sueño efecto de una mala digestión... pero no caerá esa breva.

sábado, 13 de marzo de 2010

Cuentos encadenados 15: Un fin de semana extraño

Por suerte era sábado por la tarde y hasta el lunes no tenía que trabajar. Se encontraba sólo y había decidido no ver a nadie. Tenía de todo en casa por lo que descolgó el teléfono, apago el móvil, cerró las ventanas para que no llegara ningún ruido del exterior, desconectó el timbre de la puerta e instaló la nevera y el microondas al lado del sofá. Sobre la mesa descargó decenas de bolsas de patatas, snacks, chetos y demás artilugios comestibles y se sentó cómodamente con el mando a distancia en la mano.
Frente a sus ojos, dominando el salón, la última maravilla de la técnica audiovisual, pantalla ultra fina de 60 pulgadas con ambilight, Full HD y una resolución de 5120 x 2160, clear de 440 Hz y perfect pixel HD engine. Todo ello para conseguir una imagen perfecta y un potente sonido, capaces de transportarlo a los mundos más insospechados.
Pulsó el botón de encendido y abrió la primera bolsa, mientras sus pupilas dilatadas no apartaban la vista de la pantalla, sus manos bien entrenadas abrían bolsas, metían pizzas en el microondas, destapaban botellas de refresco. Su boca con gran agilidad engullía sin pausa cuanto se le acercaba. Las imágenes invadían la habitación y envolvían todo a un ritmo frenético. Su vientre crecía y crecía transformándose en una masa viscosa que reventaba los pantalones y avanzaba por el suelo como una mancha de aceite. Los personajes de turno abandonaban el guión y se unían a la fiesta gastronómica, devoraban el liquido glutinoso a mayor velocidad que este se producía. El microondas echaba chispas de no parar de calentar comida preparada. La basura se acumulaba por el suelo flotando sobre la gelatina, de la que se nutrían fantasmas, asesinos, zombies, monstruos y demás figurantes de películas de terror. Pasaban las horas y su cuerpo preso de una compulsión bulímica se volvía cada vez más amorfo, más pringoso, disolviéndose en ese liquido espeso alimento de la ficción.
Cuando el despertador sonó el lunes a las 6 de la mañana, se despertó sucio, vomitado, con décimas de fiebre por lo que llamó a la oficina y avisó de que por culpa de la gripe no podía ir a trabajar

jueves, 11 de marzo de 2010

Esperando el autobus

Estoy helado, a pesar de este sol radiante tengo frío. Son las 5 de la tarde y aprovecho, mientras espero el autobús, para leer un rato, media hora o más pues el anterior se me ha escapado por metros, por escasos 10 o 15 metros. Me quedan por delante 30 o 40 minutos de espera, cosas del transporte público en una ciudad como Alicante, destinado a ociosos, convalecientes, jubilados, emigrantes, parados y demás gente sin prisas, aquí manda el coche que para algo la industria del automóvil tiene tanta importancia en este país.
El libro que llevo entre manos es “Pisando los talones” de Henning Mankell,. Había oído hablar del inspector Wallander, protagonista de esta novela y de otras del mismo autor. Me recuerda, salvando las distancias, al Inspector Maigret de George Simenon, cercano, algo brusco, pero más escéptico que su colega francés, quizás sea síntoma de estos tiempos. La minuciosidad con que se nos describe la investigación, lo real y cotidiana que nos la presenta, lo cansado del personaje que se ve sobrepasado por los tiempos que corren, son ingredientes que se asocian para ir atrapándote de una forma lenta, pausada, pero implacable. Wallender, en esta novela, está punto de cumplir 50 años, su cuerpo empieza a flaquear y, como muchos al llegar a esa edad, percibe que el mundo ha cambiado las reglas si es que acaso las tenía, se ha hecho más incomprensible, va a una velocidad que descoloca, que desfonda y dan ganas de bajarse en marcha y dejarlo que se estrelle.
Atrapado en esa páginas, llega el autobús y no me entero, menos mal que no era un conductor estresado porque de lo contrario, ¿quien sabe donde estaría en estos momentos?.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Carril bici

Son las 12 horas de un día radiante en un invierno de los de antes. Acabo de venir del supermercado. He ido a la compra con una mochila para poder utilizar las muletas, sin ellas el camino es más difícil. Al terminar hemos vuelto, la mochila, las muletas y yo paseando por el carril bici, bueno lo que este ayuntamiento denomina carril bici. Anuncian que en Alicante hay más de cien kilómetros de dicha infraestructura y que en unos meses la red completará la ciudad. Debo de ser algo duro de mollera, o algo cegato, pues yo no los veo por ningún lado.
Como las bicicletas molestan a la circulación del rey del asfalto y para preservar, dicen, la seguridad de los ciclistas, se han dedicado a pintar de rojo en las aceras, se conoce que la integridad de los peatones importa poco, una franja de entre un metro o metro y medio de ancho y la han denominado carril bici. Lo curioso es que pocas bicicletas se ven por ella, (como mucho algún padre con sus hijos paseando sobre dos ruedas los domingos por la mañana), pues, como es lógico, lo ciclistas prefieren el asfalto.
Cualquier día los multan por no circular por la acera y se quedan tan panchos. Cosas del ecologismo mal interpretado

sábado, 6 de marzo de 2010

Apoliticos y otras derechas

Durante mucho tiempo en España reinó una vieja proclama que viene a decir, más o menos, que la división entre izquierda y derecha esta superada, que son viejos esquemas que dividen a los pueblos y a los ciudadanos, que son planteamientos caducos,sectarios y de poco rigor intelectual, que la gente de bien es apolítica y los que se empecinan en esa idea trasnochada o están equivocados o tienen intereses perversos, oscuros, resentidos y malintencionados.
Hoy, que me he levantado algo oscuro, con décimas de resentimiento y aquejado de una mala intención perversa, no paro de darle vueltas a un hecho, quizás no demostrado científicamente, pero si real como la vida misma, que se resume en: ¿Por qué la mayoría de la gente que se define apolítica, acaba votando a la derecha? ¿será casualidad o será que no existe ese terreno puro, más allá del bien y del mal, donde no es necesario tomar partido?.
Esta oscura perversión, que me provoca un resentimento mal intencionado, no me da tregua, tendré que ir al médico, quizás hayan pastillas contra la concepción siniestra de la vida. Viva la derecha

viernes, 5 de marzo de 2010

Cuentos encadenados 14: El viaje

Debía aprovechar cada minuto, ir a lo esencial, no entretenerse en lo superfluo. Esa era la consigna..
Levantarse a las 7 de la mañana, lavarse y desayunar. A la ocho salir a recorrer la ciudad, monumentos, museos , plazas y grandes almacenes. Comer un bocadillo rápido y más monumentos, iglesias y calles peculiares. Cenar algo ligero y a dormir. A día siguiente, vuelta a empezar.
5 días de viaje, 3000 kilómetros, 104 monumentos, 6 museos, 15 plazas, 6 grandes almacenes, 3 conciertos, iglesias, catedrales, castillos... 5000 fotografías. Bocadillos, refrescos, bolsas de patatas, helados, pipas, pasteles y algún que otro café.
Viaje relámpago, precio de escándalo, cultura en dosis masivas, diversión en vena. Nunca más por menos precio. No lo dejes pasar. Y no lo dejó y volvió exhausto, perdido, disperso, confuso. Subió las escaleras, tercer piso, letra H. Abrió la puerta, dejó las maletas en el pasillo, descolgó el teléfono, apagó el móvil y se dejo caer en el sofá. Por suerte era sábado por la tarde y hasta el lunes no tenía que trabajar

martes, 2 de marzo de 2010

La crisis y sus recetas

El sociologo polaco Bauman en una entrevista (Publico 2-3-2010) afirma que "cada vez es más complicado distinguir entre las políticas económicas de la derecha y las de la izquierda. Ser de izquierdas parece significar ahora hacer de un modo más riguroso el trabajo que la derecha dice que hay que hacer. Y, una vez hecho, paliar las nefastas consecuencias sociales de dicho trabajo" y sino que se lo pregunten a los griegos o igual a nosotros dentro de unos años.
Mientras leo la entrevista, en la radio, Nuñez Feijó, alardea de su buena gestión en Galicia, en un año hemos cambiado el rumbo, dice, y caminamos con paso firme, lo que no nos aclara es a donde. Unas horas antes, en la misma emisora, Gerardo Camps alardeaba de que la Comunidad Valenciana será el motor que sacará a España de la crisis, aunque por el momento es, junto con Murcia, la comunidad más castigada, pero eso es pasado, dice el conseller, el futuro es nuestro y sabemos como afrontarlo. Ambos coinciden en la necesidad de que Zapatero deje de marear la perdiz, de ser una rémora y se apunte a sus recetas, que son, de todos es bien sabido, las únicas que crearan riqueza y empleo, y si no miren ustedes los años de gobierno de Aznar, nos remarcan.
Crearon empleo, si, pero de qué tipo. Generaron riqueza, si, pero no para todos y a costa de vender las empresas públicas y recalificar hasta las macetas.
Ahora toca la segunda parte, las reformas estructurales que pondrán a España en orbita: Bajada generalizada de impuestos. Privatización de la educación y la sanidad, pero subvencionada por el estado que para algo el dinero es de todos. Sustitución del sistema público de pensiones por fondos de capitalización en manos de bancos y aseguradoras. Desregularización total del mercado de trabajo. Con mejor o peor prosa, a lo bruto o maquilladas, esas son su recetas mágicas. El colmo es que hasta los socialistas, bueno no todos, las comparten. Lo trágico, es que son las recetas de siempre, las que nos han llevado a la situación que estamos, las que han arruinado paises, las que han generado conflictos, guerras, hambre, desarraigo y caos, pero llevadas a gran escala.
Apago la radio y me refugio en un libro del inspector Maigret para coger aire. Argumentan con tal cinismo, con tal autosuficiencia que quizás acaben convenciéndome.