Hay canciones que
conformaron la banda sonora de la infancia de ese niño introvertido
que pasaba las horas en la calle, que acumulaba tesoros a base objetos
encontrados. Canciones que con la llegada de la adolescencia rechazastes porque formaban parte de una realidad de represión e
injusticia de la que apostatabas. Hay canciones que te asaltan en la
madurez en una versión más acorde a tu trayectoria y que una vez
incrustadas en tu piel te ayudan a recuperar su versión original,
despojada ya de esa cultura asfixiante que esculpió tu infancia a
base de brazos alzados e himnos patrióticos. Entre esas canciones “Ay
pena penita pena” es una canción central, canción que oías cantar a las vecinas
cuando lavaban la ropa, o que sonaba en la voz de Luisa Ortega o Lola Flores cuando tu abuela sintonizaba aquellos programas familiares tan populares en la época.
Canción que lanzarías
al pozo del olvido, como tantas otras, para huir de esa cultura
impostada que ocultaba la realidad del frío, la escasez y la tristeza
. Canción que reencontraste en esa versión maravillosa que Antonio Vega nos regaló allá por los años 90.
Versión que te ayudó a
reconciliarte con esa memoria rechazada, de sábanas tendidas en el
campo o en el patio trasero de las casas que RENFE ponía a
disposición de sus trabajadores, de esas vecinas con rulos que
cantaban mientras hacían de comer, de ese olor a puchero que los
domingos de invierno invadía tu casa, de esas tardes perdidas de domingo en las que darle patadas a las piedras era el único entretenimiento, mientras en una radio
cercana se escuchaba carrusel deportivo o algún programa local de
discos dedicados.
Canción que el año pasado grabó, en otra magnifica versión, el grupo Marlango y que demuestra que hay canciones que transcienden una época y unos clichés, y se expanden, y te envuelven...
Canción que el año pasado grabó, en otra magnifica versión, el grupo Marlango y que demuestra que hay canciones que transcienden una época y unos clichés, y se expanden, y te envuelven...
Ay, Pena Penita Pena
Si
en el firmamento poder yo tuviera,
esta noche negra lo mismo que un pozo,
con un cuchillito de luna lunera,
cortaría los hierros de tu calabozo.
Si yo fuera reina de la luz del día,
del viento y del mar,
cordeles de esclava yo me ceñiría
por tu libertad.
esta noche negra lo mismo que un pozo,
con un cuchillito de luna lunera,
cortaría los hierros de tu calabozo.
Si yo fuera reina de la luz del día,
del viento y del mar,
cordeles de esclava yo me ceñiría
por tu libertad.
¡Ay,
pena, penita, pena -pena-,
pena de mi corazón,
que me corre por las venas -pena-
con la fuerza de un ciclón!
Es lo mismo que un nublado
de tiniebla y pedernal.
Es un potro desbocado
pena de mi corazón,
que me corre por las venas -pena-
con la fuerza de un ciclón!
Es lo mismo que un nublado
de tiniebla y pedernal.
Es un potro desbocado
que
no sabe dónde va.
Es un desierto de arena -pena-,
es mi gloria en un penal.
¡Ay, penal! ¡Ay, penal!
¡Ay, pena, penita, pena!
Es un desierto de arena -pena-,
es mi gloria en un penal.
¡Ay, penal! ¡Ay, penal!
¡Ay, pena, penita, pena!
Yo
no quiero flores, dinero, ni palmas,
quiero que me dejen llorar tus pesares
y estar a tu vera, cariño del alma,
bebiéndome el llanto de tus soleares.
Me duelen los ojos de mirar sin verte,
reniego de mí,
que tienen la culpa de tu mala suerte
mis rosas de abril.
quiero que me dejen llorar tus pesares
y estar a tu vera, cariño del alma,
bebiéndome el llanto de tus soleares.
Me duelen los ojos de mirar sin verte,
reniego de mí,
que tienen la culpa de tu mala suerte
mis rosas de abril.
¡Ay,
pena, penita, pena -pena-,
pena de mi corazón,
que me corre por las venas -pena-
con la fuerza de un ciclón!
Es lo mismo que un nublado
de tiniebla y pedernal.
Es un potro desbocado
pena de mi corazón,
que me corre por las venas -pena-
con la fuerza de un ciclón!
Es lo mismo que un nublado
de tiniebla y pedernal.
Es un potro desbocado
que
no sabe dónde va.
Es un desierto de arena -pena-,
es mi gloria en un penal.
¡Ay, penal! ¡Ay, penal!
¡Ay, pena, penita, pena!
Es un desierto de arena -pena-,
es mi gloria en un penal.
¡Ay, penal! ¡Ay, penal!
¡Ay, pena, penita, pena!