"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

domingo, 26 de enero de 2014

Alicante, guapa, guapa, guapa

"Alicante guapa, guapa, guapa", como le gusta decir a la alcaldesa cada vez que tiene un micrófono a su alcance, muestra en estos días su verdadero rostro, el rostro de una ciudad gobernada para el lucro de unos pocos. Alfombrada de papeles y de hojas muertas que el viento, como en la canción, arrastra allá o aquí. Adornada de montañas de basura por una huelga legitima y necesaria, montañas que conviven con las terrazas llenas de gente que chatea ajena a la realidad. Una realidad que emerge de los contenedores desbordados que reclaman apoyo a unos huelguistas, obreros maltratados por una legislación que ampara EREs, despidos y recortes para mantener el beneficio de mafiosos y especuladores, gentes de “bien” que piensan que el trabajador es una mercancía para utilizar y estrujar, una mercancía que permite cuadrar la cuenta de resultados.