"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

sábado, 25 de mayo de 2013

La ejecución. Relato

Ordenaron colocarle una venda en los ojos. Miró, por última vez, la flor que crecía entre las grietas. Unos soldados ejecutaron la orden con rapidez. Sintió como la oscuridad lo abrazó en un instante y esperó en silencio. Tardaron unos segundos. Percibió, entre tanto, cada movimiento... y escuchó, mientras un leve frío recorría su cuerpo, como el sable cortaba el aire antes de atravesar su afeitado cuello.

Instante 37. De noche

Son las tres de la mañana,
una luna inmensa recorre el cielo,
un suave viento agita las ramas
y, en la tierra húmeda,
los insectos vigilan el paso de la noche...
En la casa dormida, mis pasos recorren
la silueta de un sueño.

martes, 21 de mayo de 2013

Instante 36. La emoción


Te asalta de repente, te impregna.
Intentas controlarla, a veces lo logras,
a veces fracasas... y sucumbes y te arrastra.
A veces la emoción es tan intensa
que duele...
Y te muerdes el labio para hacerte daño
porque dicen que un dolor
solo se calma con otro más fuerte.

domingo, 19 de mayo de 2013

Instante 35. Y sin embargo se mueve


Cuando subes al castillo de Chinchilla después de serpentear por sus calles empinadas y miras al oeste, contemplas el mar de la mancha, un mar plagado de colores, el verde vivo del trigo y la cebada, el rojo de la tierra, el verde oscuro de la carrasca, el gris de las tierras cercanas al horizonte, el azul del cielo y el amarillo del sol que desciende despacio. Son casi las ocho de la tarde y te sientas mirando a poniente como otras personas a tu alrededor, no miras fijamente para no quemarte la vista mientras esperas la maravilla del ocaso. Sopla una brisa fresca, estas en el mes de abril, hace frio y recuerdas, te lo contaban de pequeño, que en ese castillo, convertido en penal durante muchos años, los presos morían de frio con la complicidad de los gobiernos de turno. La fortaleza domina todo el plano, enclavada en uno de los pocos montículos del lugar, que como islas emergen en este mar de tierra, cereales y carrascas. El sol ha perdido fuerza y ahora lo miras sin miedo. Poco a poco va escondiéndose y percibes la sensación de que no es él el que se mueve, es la tierra y tu con ella quienes os alejáis en dirección contraria, en dirección al este. Hoy por primera vez has percibido el movimiento de rotación y recuerdas la famosa frase que pronunció Galileo, tras ser obligado por la inquisición a adjurar de sus teorías heliocéntricas,  “ Y sin embargo se mueve”.

Instante 34. Una mañana de primavera


Para variar, suena Leonard Cohen en el CD. El coche circula despacio bajo un día luminoso y sosegado. El mar a mi derecha, plagado de luciérnagas de agua, es una balsa quieta, en calma. En mi cerebro bullen ideas dispersas, proyectos a medio realizar, decisiones que debería tomar y no tomo. Me impregno de la luz, del ritmo lento e intento navegar en esa tormenta que se agita dentro de mi cuerpo. Paro el motor y cierro los ojos, mientras tanto suena Famous blue raincoat bajo la plácida mañana de un día de primavera soleado, de un día acariciado por la brisa y el salitre del mar