Se cierra un año, ese espacio creado con el que imaginamos controlar el tiempo. Un año en el que he viajado de la incertidumbre a la perplejidad. Perplejidad por el viraje tan brusco a la derecha del gobierno de zapatero que ha dejado el campo libre al populismo de ese denominado, por su secretaria general, “partido de los trabajadores”. Perplejidad por ver a los neoliberales defendiendo posiciones de los grupos antisistema. Perplejidad, sobre todo, al percibir que esa pose de los de siempre, la derecha de toda la vida, va calando en las victimas de esta crisis, que cada vez parece más planificada en el laboratorio de ideas de alguna universidad privada. Perplejidad, nuevamente, por que nos han pillado con la guardia bajada y faltos de respuestas contundentes. Perplejidad, en definitiva, porque ha sido un mal año, no tanto por la dichosa crisis, como por las soluciones que se avecinan. De todas formas feliz año y que encontremos alguna forma de capear el temporal que se nos viene encima.
jueves, 30 de diciembre de 2010
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