"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

sábado, 15 de febrero de 2014

Instante 49. La noche sin sueño

El viento ha cesado. La luna ilumina tu ventana a través de unas nubes dispersas, deshilachadas. La noche tranquila, callada. Su silencio invade la habitación, tan solo el ruido del teclado y el de alguna tos lejana llegan a tus oídos.
Buscas la palabra justa, la expresión precisa (la obsesión por lo conciso siempre te ha rodeado) con la que plasmar el desconcierto que te atrapa, ese cansancio familiar ante tanto dolor y tanta penuria. Das palos de ciego y no encuentras salidas, solo vislumbras un espacio sin luz, espacio en el que la iguana de Garcia Lorca devora lentamente los ojos de aquellos que no sueñan, de aquellos que perdieron el impulso vital bajo horas perdidas por la rutina, por la eterna repetición de los mismos agravios. 
El viento ha cesado y la luna ilumina las montañas de basura, donde las cucarachas pululan a sus anchas devorando los restos que no se comió la iguana.

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