A falta de conclusiones,
de verdades inmutables
¿qué nos queda?
Nos queda la duda, la
contradicción,
la dualidad manifiesta
que nos atrapa.
Nos queda la imaginación,
la búsqueda,
la lenta reconstrucción
del arco iris.
Nos queda la invención
de espacios,
de tiempos pasados
reconstruidos, manipulados... rescatados.
Nos queda bucear en la
sombra, reconocer sus aristas...
mirar fijamente ese
espacio oscuro que nos asusta,
ese espacio siniestro que
invade nuestros sueños.
Nos queda la perplejidad,
la memoria inventada...
esa lenta mirada que
escruta, que fija,
que ordena... que
recompone el caos.
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