Vivían de los desperdicios, rodeados de despojos, acostumbrados a las barreduras. Habían convertido su espacio en una bazofia, en un cumulo de desechos, en un montón de estiércol, donde la impureza y la inmundicia transformaban sus vidas en restos, en sobras, en una cochambre, en una loa al excremento. La mugre y la porquería eran algo más que sedimento, eran su bandera, la suciedad su estandarte y la basura su negocio, todo ello envuelto en retórica y "buenas" intenciones.
sábado, 17 de diciembre de 2011
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Realmente me gusta este sitio, me parece interesante saber mas acerca de este tema, sigue adelante y por supuesto cada vez que tenga tiempo lo chequeare de nuevo
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