"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

miércoles, 20 de marzo de 2013

La desazón. Relato


Había oído hablar de la amargura del triunfo, de la soledad de la victoria... de esa desazón, de esa nausea que ahora le invadía y le oprimía la garganta.
Por primera vez, creía Jonas, haber luchado, quizás, haber atacado sin cuestionarse medios, sin reparos, para defender algo que sentía como propio, algo que no estaba dispuesto a dejarse arrebatar. Tras personificar al enemigo, lo había acorralado y obligado a rendirse, a renunciar... Sentía que había ganado, pero no era capaz de saborear su exito.
Varios días que le parecieron meses tardó en decidirse, siempre había sido vago y dubitativo. Recogió unos libros, dos o tres, los que creía imprescindibles, un bolígrafo, papel, un muda y algo de dinero, no necesitaba más equipaje. Compró un billete solo de ida, ropa nueva y subió a un tren.
Una vez sentado en el departamento, por primera vez en varios días, la calma envolvió su cuerpo. Mientras abría uno de los libros, el tren comenzó a moverse y una sonrisa se fue dibujando en sus labios.

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