"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

domingo, 7 de agosto de 2011

Tiempos de violencia

Violencia en Inglaterra, violencia en Grecia, violencia en Chile. ¿Para cuando violencia en España?.
Tengo amigos que se quejan de que el movimiento de los indignados no va a ningún lado. Sus protestas no tienen contundencia, dicen, son desvarios de gente desorientada y sin ideología. Lo dicen desde el desconocimiento y la nostalgia de unas barricadas idealizadas, añoran los saltos, las carreras, los cócteles molotov, todo aquello que les subía la adrenalina. Mas, repito porque ya lo he dicho otras veces, la violencia es un callejón sin salida, un billete al abismo, una claudicación, una derrota. Quizás en el 15-M haya confusión, (quien no la tiene en estos tiempos), haya ingenuidad, (es hora de volver a ser ingenuos), haya poca claridad ideológica con esa idea que tienen algunos de que ya no hay izquierdas y derechas. Pero es un movimiento nuevo, que ha abierto un debate, un debate necesario que pretende implicar a la mayoría de la población, porque para lograr cambios es necesaria la mayoría y esto solo es posible con el respeto a las personas, que no a las ideas, con el dialogo horizontal, con la reivindicación continua, con la presentación de propuestas, con la defensa de esas propuestas, con la desobediencia a leyes injustas cuando llegue el momento, con el boicot cuando sea necesario, pero nunca con la violencia, ésta lo niega todo, se apropia del espacio y destruye las alternativas.

1 comentario:

  1. Aunque todo forme parte de la crisis elaborada, la radicalización de elementos hooligans en Londres y adyacentes no tiene que ver con reivindicación puntual alguna. Es obvio que todo es social, pues todo subyace en el proceso económico y sus desigualdades, pero el estallido londinense obedece a otras causas conjuntas, entre ella el desarraigo de una extrema adolescencia y la repetición de los moldes sociales. No se quema un edificio del barrio para construir, o no se quema basándose en reivindicaciones completas, se quema, se hace arder, porque grupos de adolescentes y de jóvenes imberbes quieren el último celular, la última golosina o la última prenda de marca. El conflicto racial, el reivindicativo o cualquier otra pretensión, pasa a un segundo plano. Se están arrasando viviendas particulares, incluso de familares, por bandas callejeras, (veo y leo el perfil y la cuota baja es de ¡doce años!). En principio nada que ver con el guetto francés, mucho menos con el "educado", "edulcorado" y "repeinado" movimiento "indignados" en españa. Pese a todo, pongo en stand bay el análisis de la situación, aún es muy pronto para sacar conclusiones.

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