"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

domingo, 4 de septiembre de 2011

En recuerdo de Camarón

Enciendes un cigarro y mientras el humo invade tus pulmones en la televisión Óscar Jaenada, transformado en José Monge, Camarón de la Isla, canta la cigarra.



Ya no cantes cigarra,
apaga tu sonsonete,
que llevo una pena en el alma,
que como un puñal se me mete
sabiendo que cuando canto
suspirando va mi suerte.

Bajo la sombra de un árbol
y al compás de mi guitarra
canto alegre este huapango,
porque la vía se acaba
y no quiero morir soñando,
ay, como muere la cigarra.

El humo invade la habitación y arropado por la niebla que se crea viajas entre recuerdos e ilusiones, caminas por las cuestas de la Chanca antes de que la derribaran, cuestiones de salubridad dijeron, entre cuevas superpuestas, unas encima de otras, buscas a Alfonso, tu colega, que vive en la parte alta. La noche es clara, la rambla del Caballar, en la que se asienta el barrio, está tranquila, caminas entre cagadas de niño chico y basuras abandonadas. Suena Camarón, cantando a Garcia Lorca, alguien lo escucha con el volumen alto y gracias a la resonancia la música invade el barranco, nadie protesta, no hay razón para la queja. 

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

El tiempo va sobre el sueño
Hundido hasta los cabellos
Ayer y mañana comen
Oscuras flores de duelo

Sobre la misma columna
Abrazados sueño y tiempo
Cruza el gemido del niño
La lengua rota del viejo

Y si el sueño finge muros
En la llanura del tiempo
El tiempo le hace creer
Que nace en aquel momento

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño”

En el barrio hay poca luz y la voz de Camarón impregna los cerros pelados, resecos. La Alcazaba, justo enfrente vigila la noche serena. Dentro de las cuevas el silencio es absoluto, Alfonso duerme, cansado después del último ataque epiléptico. Sales a la puerta a liarte un cigarro, el “quejío” sigue invadiendo la noche, la luna viaja despacio por el cielo de Almería, y entre el humo el tiempo pasa volando. En el televisor, Óscar Jaenada canta en la piel de José Monge mientras los títulos de crédito surgen a su lado. Apagas el televisor, es tarde, el tiempo es caprichoso, a veces se detiene y otras corre veloz y no eres capaz de seguirlo.




2 comentarios:

  1. Sólo recordar que "la leyenda del tiempo", es un poema de Lorca. Pertenece al inicio del tercer acto de "Así que pasen cinco años", una extraña obra de teatro que Federico García Lorca escribió en 1931 pero que nunca vió estrenada. De hecho esta obra de teatro se estrenó primero, traducida al inglés, en Nueva York en 1945. Fue muchos años más tarde, en 1978, cuando se estrenó en España, aunque la primera versión en español se estrenó en 1954 en la Universidad de Puerto Rico.
    Y que el Janaeda tiene mucho que aprender. Por lo demás, bien. Camarón, bueno, eso Camarón.(La fusión en el LP de la leyenda del tiempo supuso un salto cuantitativo en su reconociemiento internacional.
    Y es que Lorca es mucho Lorca, con camarón o sin él.

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  2. Este tipo de poesia me encanta, ya que me lleva a la inspiracion y yo comienzo a crear mi propia poesia y con algo de melodia. Muchas gracias por compartir.

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