No buscó la salida, se sentó y dejó que fluyeran los acontecimientos. No perdió la calma y esperó a que pasara la tormenta. No opuso resistencia y se entregó al destino. Fue el único superviviente, el único que se salvó de la avalancha.
miércoles, 7 de marzo de 2012
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me gustó el microrrelato, aunque lo suyo es que hubiera sido destrozado por la avalancha. Saludos.
ResponderEliminarjajaja.....pero mira que es tiquismiquis el ROda...a tos los quiere muertos. Muy bueno, breve y conciso.
ResponderEliminarSalud