"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

domingo, 25 de abril de 2010

¡VIVA LA BARBARIE!

Debe ser la edad, con los años uno se vuelve cómodo y algo quisquilloso, o algún virus de esos que tanto abundan, pero a pesar de intentarlo, juro que lo intento con ganas, aún no me acostumbro a que el despertador me llame a las 5 de la mañana y eso que ya han pasado dos semanas desde que me dieron el alta.
Aún no me acostumbro a vivir, y ya llevo 50 años, en un país dominado por la ambición estrecha, el negocio rápido y “que arregle el asunto quien venga detrás”.
Aún no me acostumbro, y ya va siendo hora, a habitar en un mundo donde la rapiña campa por sus anchas, donde la manipulación informativa es desayuno diario.
Aún no me acostumbro, y espero no acostumbrarme nunca, a los burócratas del FMI, sacerdotes de la nueva iglesia, la que acabará por unificar a todas las viejas religiones bajo la bandera de la eficacia económica, la des-regulación laboral y la privatización continua.
Aún no me acostumbro, de verdad que lo intento y no puedo. Quizás por ello estoy hasta los huevos de los guros de la economía, esos neoliberales amantes de las subvenciones, que después de chuparnos la sangre, y si no que se lo pregunten a los argentinos o a los griegos entre otros muchos, se presentan como la única alternativa, la salvación profetizada.
¡Nosotros o la barbarie!, vociferan. Al oirlos dan ganas de gritar: ¡VIVA LA BARBARIE!

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