Con el acuerdo sobre las pensiones y el nuevo pacto que se avecina, uno no sabe si alegrarse o deprimirse más. Está claro que es mejor, menos malo, que el previsible decreto que nos anunciaba el gobierno al dictado de los lobbys neoliberales, pero no por ello deja de ser un nuevo recorte, un nuevo paso atrás, pero no para tomar impulso. Es el certificado de una derrota, la constatación del desanimo, el desconcierto y la resignación que impera. Cautivo y desarmado el ejercito rojo la “paz social” se impone. ¿Qué paz social?. La paz de los mercados. Todo se compra, todo se vende y si no tienes euros quedate en tu casa y no molestes.
sábado, 29 de enero de 2011
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