Cientos de familias hurgan en la basura, compiten con las ratas y los gatos callejeros, buscan esos restos con los que calmar la agonía. Así ve Dimitris Christoulas el futuro, un futuro cercano que lo atrapa, al que se ve abocado y que niega. Entiende que es hora de luchar, mas se siente cansado. Añora una revuelta que destruya esta conjura que pretende retrotraernos a tiempos pasados de hambre, esclavitud y miedo. No le quedan casi fuerzas, aunque si las suficientes para la lanzar una maldición: “...Creo que los jóvenes sin futuro cogerán algún día las armas y colgarán boca abajo a los traidores de este país en la plaza Syntagma, como los italianos hicieron con Mussollini en 1945" y apretar el gatillo que le vuela la tapa de los sesos.
sábado, 7 de abril de 2012
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Totalmente de acuerdo, pero y si hacemos una reflexión ¿El pueblo griego también puede tener su pequeña parte de culpa?. Me explico: los gobernantes se lo han llevado calentito, pero los ciudadanos hacían la vista gorda. Y no se puede exigir un estado del bienestar sin pagar impuestos, al contrario, se hace lo posible por defraudar. En España y en Italia pasa lo mismo. Y conste que esto no significa que se justifiquen las conductas delictivas de los gobernantes, al contrario. Lo que se necesita es una reacción masiva de los anestesiados ciudadanos que hemos estado viéndolas venir porque a nosotros no nos iba a pasar, hasta que pasó...paro, desahucios, etc..
ResponderEliminarNo sé, pero es un punto de vista.
saludos