"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

jueves, 12 de diciembre de 2013

Tiempos gélidos

Hace ya más de cuatro años que escribo en este blog, aunque, todo hay que decirlo, este último no ha sido muy prolijo. Desde hace unos días repaso algunos escritos y recupero textos, en el fondo todos los suscribo, aunque muchos los modificaría...
Mientras escribo estas notas, afuera hace frio, el viento agita las ramas y dibuja figuras siniestras en las paredes. La gente abandona la calle, se dispersa, regresa a su rincón y espera ¿qué espera?... “La Voz” bate récords de audiencia, la tele da calor, un calor ficticio que funciona. La nueva ley de seguridad ciudadana rematará la faena, el señor ministro y el tiempo se alían para vaciar las calles. Hay que legislar el derecho a la huelga y crear una ley de servicios mínimos, ya está bien que los trabajadores secuestren a los ciudadanos, qué protesten de otra manera, por facebook por ejemplo. Así, todos perdidos, dispersos, alejados, conectados por la red, espiados por la NSA y solos, solos ante la bestia que nos devora uno a uno, en la privacidad de un mensaje de texto.
El nuevo sistema represor no es violento, no mancha de sangre el asfalto, llega por correo certificado en forma de sanción administrativa, la puedes recurrir, pero a veces es más caro el recurso que la propia multa, la sanción desconcierta, genera conflicto, distrae, retrae y paraliza. No es represión, dicen, es la aplicación estricta de la ley ¿que ley? la de ellos, la que dice no protestes, tan solo vota cuando sea el momento, conviértete en mayoría silenciosa y laboriosa.
El frio aumenta y viento arrecia, la calle habitada por sombras, tan solo un ser vivo se mueve en el paisaje, en el contenedor de papel un joven traspasa el contenido a un carrito del mercadona, si le pillan le puede caer una multa ¿otra multa? pero qué más multa que la de recorrer las calles en una noche fría y ventosa. Lo he visto otras veces ¿pensará en la posibilidad de que le multen por atracar un contenedor?? Creo que no, no tiene nada que perder y sí algo que ganar, 10 o 12 euros con el papel sustraído, 10 o 12 euros para gastarse en comida.


Hace frio, son momentos gélidos y desangelados. Sigo repasando escritos colgados hace tiempo, mientras, en la calle, la vida continua bajo la luz de la luna, luz que no evita que la helor penetre en los huesos y paralice el alma.

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