"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

martes, 17 de agosto de 2010

Una tarde de agosto

Tarde de agosto, tumbado leo una antología de Pessoa. Preso de una indolencia veraniega, refugiado junto al ventilador, espero que caiga la tarde. Un gato aburrido se lame las patas, se levanta, me solicita caricias y, tras dar una vuelta a mi alrededor, lamerse de nuevo las patas y lavarse la cara, vuelve a echarse.
A veces, y el sueño es triste, en mis deseos existe lejanamente un país donde ser feliz consiste solamente en ser feliz.”
Vuelvo a Pessoa, a veces me refugio en sus versos, a veces divago, a veces descanso y a veces...
Y tras la noche y dormir renace el día. Nada haré sino sentir. Pero, ¿que otra cosa haría?”
Tras años de trabajo, tras el cansancio muscular y nervioso, soñar con la pereza, con la importancia de lo inútil, de lo improductivo, me reconforta, me da aire...
Tenemos, quienes vivimos una vida que es vivida y otra vida que es pensada, y la única en que existimos es la que está dividida entre la cierta y la errada.”
...Y respiro, y me pierdo y deambulo tan solo unos minutos, a veces, cuando puedo, unas horas. El trabajo, ya sabes el trabajo, no permite relajarse, abandonarse a las cosas y mirar, solamente mirar y...
¿Una flor tiene acaso belleza?, ¿Tiene acaso belleza una fruta?. No, tiene color y forma y tan solo existencia. La belleza es el nombre de algo que no existe. Que yo le doy a las cosas a cambio del placer que me producen. No significa nada. Entonces, ¿Porqué digo de las cosas: Son bellas?”.
Ya ves, a veces ojear un libro sirve para estar quieto y no hacer nada... para viajar y soñar... para tomar aire.
No soy nada, nunca seré nada. No puedo querer ser nada, aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.”

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