(Texto enviado, no seleccionado, al concurso Relatos en Cadena para el día 7 de octubre de 2010. O sea mañana)
Como los ángeles al caer el sol desplegaron las alas. Su vuelo silencioso inspeccionó cada rincón. Su presencia pasaba inadvertida, La gente se había acostumbrado a ser vigilada por la noche, mientras tanto cenaba, veía la televisión, follaba, leía, dormía... A veces alguien perdía el hilo, se salia del rumbo adecuado y entonces, solo entonces, actuaban para recolocarlo en su lugar.
Amanecía, la luz del sol, el trabajo y el ritmo vertiginoso aseguraban el funcionamiento de la maquinaria. Por la noche... estaban ellos, silenciosos, esmerados, rápidos y eficaces.
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