"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

sábado, 19 de junio de 2010

Atrapados por el miedo

Convivimos con el miedo, el miedo nos ayuda a sobrevivir, a ponderar el riesgo, a actuar con mesura. Pero a veces el miedo se retroalimenta y alcanzamos el terror, que es aquel en su escala máxima.
El terror aparece cuando el miedo ha sobrepasado los controles del cerebro, el pensamiento se vuelve irracional, provoca parálisis, sudoración fria y hasta la muerte. Es frecuente ver en las películas de este género como el personaje al toparse con el monstruo queda petrificado, e incapaz de reaccionar tan solo emite un grito mientras recibe, sin ofrecer resistencia, el tiro, el zarpazo o el mordisco.
Inmersos en la crisis, atrapados en un guion terrorífico, asumimos como inevitable lo que se nos viene encima, desconfiamos de todo y de todos, y nos entregamos sumisos al sacrificio, al descuartizamiento impuesto por el dios mercado.
El guión se debe de cumplir, un guión que como buen guión de terror lleva sus buenas dosis de sangre. Todo sea por la taquilla y la cuenta de resultados.

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