"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

miércoles, 27 de enero de 2010

Cuentos encadenados 7: Hora de jubilarse

Había pasado la noche en blanco. Aunque solía tener un sueño plácido y continuo, no era la primera vez que le ocurría, quizás el exceso de cafeína, quizás la presión del trabajo, quizás la copiosa cena. Mientras se afeitaba tomó la decisión de jubilarse, se estaba volviendo torpe y viejo, pero antes, él núnca dejaba un trabajo a medias, debía de cumplir un último encargo.
Salió de la habitación, bajo al vestíbulo, pagó la cuenta y salió a la calle. El día estaba nublado y amenazaba lluvia. Cogió un taxi, media hora tardó en llegar al lugar indicado. Cinco minutos más y estaría retirado, y podría desayunar tranquilamente en la cafetería de la esquina. Subió las escaleras despacio, era un cuarto piso. Tocó el timbre, oyó una voz que preguntaba y vio el fogonazo que destrozó la puerta.
Aunque no solía, bajó en el ascensor mientras pensaba en un café caliente y una ración de tarta

No hay comentarios:

Publicar un comentario