Dicen que en los momentos críticos es cuando sale lo mejor o lo peor de nosotros. Algo de esto debe de estar pasando en Vic, el equipo de gobierno de ese municipio, ante el miedo a perder el poder por el auge de la extrema derecha fascista, asume su discurso y se vuelve racista, o enseña la vena xenófoga hasta entonces ocultaba.
Lo triste es que en el Ayuntamiento gobiernan, junto a CIU, grupos que se autodenominan de izquierdas, (PSC y ERC). Lo cobarde es negarle la sanidad y la educación a los sin papeles. Lo cínico es presentarlo como normal y justo. Lo hipócrita es refugiarse en que, dicen, lo quiere la mayoria de la población.
Cuando nos tocan el bolsillo, nos volvemos irracionales, pensamos con las tripas o con el culo y así sale lo que sale...
No hay peor racista, que el racista simpático, razonable, civilizado y metódico. LA PELA ES LA PELA.
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