"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

martes, 10 de mayo de 2011

Crónicas patrias. Casting

Amanece un día gris, frío. La crisis dura ya lustros, el paro y la precariedad campan por doquier. La supervivencia es un continuo deambular buscando unas migajas, con miles de hombres y mujeres dispuestos a venderse por ellas. Un cartel en la calle anuncia la posibilidad de ganar unos euros. “Entre y pase, podrá ganar 100 euros si supera un sencillo examen musical. Buscamos un cantante” En la sala, el examinador, de nombre Gonzalez, viste traje oscuro, luce pelo engominado y porta un bigotillo perfectamente recortado. En el escenario un joven hace sonar una guitarra a ritmo de rock mientras escupe palabras en un idioma extranjero. El público, sentado en sus butacas, permanece expectante. Gonzalez interrumpe la actuación e increpa al aspirante. “¡Coño!, ¡ya está bien!, toca otra cosa que estoy harto de moderneces. ¡Oye tú!, es que no me escuchas, que dejes de tocar esa música guiri y cántate algo más patrio, más español, más castizo, una jota o un pasodoble, por ejemplo. ¿Es que no te gusta la música de aquí?, la música de nuestros padres, sin tanto guachisnai y con una poesía que rime. Vaya, vaya, vaya... estamos jodidos, al finolis no le gusta lo hispano”. Suena un disparo, un sonido seco. Entre los espectadores, nadie dice nada, nadie respira. Gonzalez airea su 38 aun humeante y ordena que retiren el cuerpo moribundo. Mientras tanto, en la calle, largas colas de gente condenada a examinarse.

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