"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

sábado, 14 de mayo de 2011

Relatos de un asesino 8. Dudas

A veces tengo la impresión de que casi siempre he matado a quien no se lo merece, es una sensación pasajera que intento eliminar, no estoy para impartir justicia tan solo para ganar dinero, por ello siempre me he negado a recibir información personal de la victima, así todo es más fácil, más neutro.
Caía la noche cuando recibí la llamada, aceptado el caso recogí la información necesaria y el cincuenta por ciento de lo acordado, como era mi norma. Debía de matar a un hombre de aspecto vulgar y vida sencilla, algo que, tengo que reconocer, facilitaba el trabajo. Lo ejecuté con rapidez, no suelo demorarme más de lo necesario, y recogí el maletín requerido por mi cliente. Debería de haberlo entregado enseguida, ese era el trato, pero por alguna razón la curiosidad me pudo y lo abrí. Averigué cosas que hubiera sido mejor no conocer, datos molestos, hechos dificiles de digerir hasta para alguien como yo. Con el tiempo he aprendido que la ignorancia tiene sus ventajas, demasiada información provoca conflicto, no es productiva y   genera algunas complicaciones. Cuando devolví el maletín y cobré el resto de los honorarios, ya nada era igual, no me arrepentía de lo ocurrido pero las dudas se habían apoderado de mis noches. Llevaba años en este oficio, era bueno, quizás el mejor, porque no decirlo, pero algo había cambiado, había roto una norma e intuía que se acercaba el momento de retirarse.

1 comentario:

  1. La profesionalidad tiene unas pautas de comportamiento: si las rompes jodes el trabajo. Buen relato. saludos.

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