"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

miércoles, 17 de febrero de 2010

Cuentos encadenados 12: Vida ejemplar

El futuro era claro y diáfano... más bien transparente.
Terminará la carrera de Economía o de Derecho, o quizás las dos . Se casará con la novia de toda la vida. Trabajará en la empresa del padre de ella. Vivirá en un chalet con piscina y pista de padel. Tendrá dos hijos, la parejita por supuesto. Los domingos reunirá a los amigos alrededor de una barbacoa. Viajará todos los veranos a Miami o a Santo Domingo. Jugará, los sábados por la mañana, al golf con su suegro. A los 35 será socio de la empresa. A los 40 tendrá una o dos amantes y el colesterol por las nubes, cosas de la buena vida. A los 45 dirigirá el consejo de administración y llevará a cabo una reestructuración que mandará al paro a cientos de empleados. A los 50 poseerá una fortuna oculta en algún paraíso fiscal, “los impuestos sólo los pagan los lelos” será su lema. A los 55, amparado en un plan de expansión e internacionalización, cerrará los talleres y los trasladará a algún país lejano de bajo costo laboral. A los 60 será nombrado empresario del año y gran creador de riqueza. A los 65 patrocinará una fundación de ayuda a los pobres y una campaña por el desmantelamiento del sistema público de pensiones por caduco e injusto. A los 70 recibirá, por orden del congreso, la medalla de oro y brillantes en honor a toda una trayectoria. A los 75 morirá, donando el 1% de su riqueza a una ONG.
Un año después aparecerá en los libros de texto como el español del siglo y un ejemplo a seguir.

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