"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

jueves, 4 de febrero de 2010

Cuentos encadenados 8: La llamada

Mientras pensaba en un café caliente y una ración de tarta sonó el teléfono. Hacia días que no sonaba, mejor dicho, hacia semanas que no se oía ni el timbre de la puerta, era una persona poco sociable y rara vez se reparaba en su ausencia. Pensó en no cogerlo, lo más seguro era alguien que se había equivocado, ¿y si no fuera un error?, ¿quién podría a estas horas acordarse de él?, el teléfono seguía sonando. ¿Un compañero de la oficina invitándolo a ir al cine o al fútbol?, imposible todos sabían que a él no le gustaba salir, el teléfono insistía nuevamente. ¿Su hermana pidiéndole que fuera a comer el domingo?, le extrañaba esa posibilidad después de lo ocurrido la última vez que estuvo en su casa. ¿ Y si fuera algún desesperado, necesitado de hablar , de ser escuchado, que hubiera marcado su número al azar?, para eso estaba el teléfono de la esperanza, la gente no debería molestar a los demás con sus preocupaciones...
El teléfono seguía y seguía, y él enfrente pensando alguna razón por la que lo debería descolgar . Sonó diez, once, doce veces y cuando dejó de sonar el ruido de la cafetera le recordó que le esperaba en la cocina su desayuno preferido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario