"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

lunes, 28 de marzo de 2011

El viaje de nuestro padre. Relato-réplica

(Octava réplica a un relato de Antonio Roda. El original, titulado "Resumen de un asesinato", lo podeis leer en su blog.  http://lacomunidad.elpais.com/antoni/2010/5/23/resumen-un-asesinato
Un saludo.)

Corría un caluroso día de junio de 1958 cuando nuestra madre enviudó, aúnque oficialmente no ocurriría hasta cinco años más tarde. Un día que se recordó siempre en nuestra casa, un día luminoso que al regresar de la escuela la encontramos feliz, sonriendo, algo que hacía bastante tiempo que no veíamos, desde que nuestro padre empezó a llegar borracho y a pegarnos con la correa cuando se le antojaba. Nos dijo que se había ido de viaje y en esa creencia crecimos hasta que, hace unos días, poco antes de morir, nos contó lo sucedido aquella mañana. Eran las once de la mañana, nosotros en el colegio jugábamos al fútbol, pero no olvidábamos lo ocurrido la noche anterior. Nuestra madre había limpiado el polvo, planchado las camisas, fregado los platos, barrido el suelo, preparado el estofado. Nuestro padre se acababa de levantar y el aroma lo atrajo a la cocina. Cató de la olla y se sirvió un plato acompañado de un vaso de güisqui. Cuando nuestra madre regresó del patio, de tender la ropa, lo encontró durmiendo sobre la mesa, no quedaba nada del guiso, pero tampoco del miedo que la había atenazado tantos años. Abrió el cajón donde guardaba los cuchillos del abuelo, carnicero durante cincuenta años. Lo descuartizó siguiendo las instrucciones que tantas veces le diera su padre y en menos de dos horas su marido se había ido de viaje y ella limpiaba a conciencia la cocina para que no quedaran huellas de la verdad. Crecimos felices en aquella casa junto a nuestra madre a pesar de que nos prohibiera tener perro. 

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