“Menos regulación, menos imposiciones y más libertad”. Con este lema el PP se lanza a la carrera electoral, aunque bien visto lleva en ella desde el año 2004. . Es la visión idílica que los neoliberales nos venden del paraíso, la tierra de la oportunidades de la que hablaba Zaplana y que ha dejado de serlo desde que ellos abandonaron el poder, según afirmaba Cospedal el pasado 5 de marzo en Tarancón. ¿Pero que esconde este lema tan sugerente como tramposo?. Estructurado como la santísima trinidad, los tres conceptos se resumen en uno: LIBERTAD.
Libertad para los "capaces", para los "válidos", para los "mejores"... los que tienen pedigrí. Libertad de elección de centro escolar, de médico y de clínica. Menos impuestos pues atentan contra el afán de superación. Menos imposiciones que coartan el espíritu e impiden correr al ritmo deseado, fumar donde nos apetezca, conducir bebidos, disponer de la mano de obra a nuestro antojo, construir en el sitio deseado, disfrutar de lo ganado a costa del esfuerzo de otros, consumir, derrochar, esquilmar, explotar, exprimir, anular, destruir.
Los privilegios son el premio al esfuerzo en un mundo libre que no teme a las desigualdades, donde la precariedad y el abuso agudizan la inteligencia. En resumen, para que unos vivamos bien otros tienen que pagar la factura. Es ley de vida, lo demás es comunismo y opresión.
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