"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

jueves, 24 de marzo de 2011

En Libia, sí. En Bahréin, no

La guerra de Libia ha pillado descolocada a una gente cuya única pega a la guerra de Irak fue la falta de autorización de la ONU. He oído cosas como que ésta es una guerra legitima, que solo pretende salvar vidas, apoyar a una población rebelde. No sabemos que tanto por ciento de los habitantes de Libia secundan la rebelión, pero eso no importa, lo importante es que ha surgido un sector que quiere derrocar a Gadaffi y es suficiente. Se habla de miles de muertos por la represión del coronel, pero nadie ha visto más de unas decenas, se habla de aviones bombardeando a la población civil y nos muestran unas imágenes en las que unos supuestos rebeldes derriban un avión leal al dictador, posteriormente, en pequeñito, nos enteramos que el avión era rebelde y fue derribado por las fuerzas leales. Comparan esta operación con las brigadas internacionales que acudieron a España en apoyo de la República, pero se olvidan que los rebeldes libios no son un poder legitimo como lo era el gobierno de Azaña, quizás tengan razón en sus reivindicaciones pero darles legitimidad por el solo hecho de manifestarse contra el coronel es una pirueta un poco arriesgada, sobre todo si los que otorgan esa legitimidad consienten los bombardeos de Israel sobre Gaza o la represión por parte del Ejercito saudí de los rebeldes de Bahrein

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