"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

domingo, 12 de junio de 2011

La encrucijada de los indignados

Me considero un indignado y en la medida de mis posibilidades he participado en dicho movimiento y, ante la encrucijada en la que puede encontrarse, las palabras que siguen pretenden ayudar a su fortalecimiento, espero que al menos ayuden al debate.
El gran éxito del 15-M ha sido colocar en el centro de la discusión política los grandes temas que atañen a la sociedades avanzadas: La corrupción, el alejamiento de la “clase” política, las desigualdades sociales. El 15-M es un movimiento político, aunque algunos pretendan negarlo, y ha logrado, debido entre otras cosas a su estrategia no-violenta, la simpatía de la mayoría de la población. Aunque esta simpatía no se ha traslucido en una adhesión mayoritaria, (véanse los resultados de las elecciones municipales y autonómicas que la contradicen), si ha levantado las alarmas en los estamentos de poder. Se ha pasado de una comprensión generalizada, en la mayoría de los casos hipócrita, a la necesidad de acallarlo, de aislarlo, en definitiva de neutralizarlo. En este intento se enmarcan las acusaciones, cada vez más frecuentes, de ser elementos antisistema, una tactica antigua que si cala encauzaría el descontento en el discurso nihilista de “nada puede cambiar ni es necesario que cambie, todo es inútil”. Esta maniobra del poder consiste en anatemizar al movimiento, (en EEUU el anatema es llamar comunista a todo movimiento critico, en la España franquista consistía en tildar de rojo y masón toda discrepancia, ahora la moda consiste declararte antisistema), un ejemplo de ello son las afirmaciones de exalcalde de Alicante Luis Díaz Alperi que, al abandonar el pleno de inauguración de la nueva legislatura, afirmó que los 'indignados' cada vez «tienen menos que ver con el 15-M». «Son antisistema». Por ello, en la medida que el movimiento haga propuestas concretas y claras, y mantenga la estrategia no-violenta llevada hasta ahora, podrá seguir conectando con un sector importante de la ciudadanía y transformar la simpatía inicial en una adhesión que materialice dichas propuestas en conquistas sociales. Salut i República

1 comentario:

  1. Hola, Nano.
    Totalmente de acuerdo contigo. Hacen falta muchas adhesiones desde todos los sectores de la vida pública. Tengo noticias del movimiento y se quejan de que les hace falta gente preparada en diferentes aspectos socio-politicos; Especialista en economía, derecho, y algunas otras ramas relacionadas con la sociología política. No son antisistema. Lo que si he mantenido, desde el principio, es que son un movimiento político. Todo en la vida es política. Cosa contraria es que pertenezca a un partido concreto. Aunque, si se quiere llegar a materalizar lo que exponen en sus propuestas, creo deberan, o formar partido o integrarse en alguno.
    Un saludo.

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