"...Quien siempre sabe a donde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho."
(Javier Cercas, La velocidad de la Luz)

martes, 23 de febrero de 2010

Proceso de elaboración

Todas las mañanas, se ha convertido en una costumbre, abro el correo aúnque no todos los días hay mensajes, lo sé. Después repaso por encima los periódicos, leo los blogs que me interesan y por último echo un vistazo al mío, se que no ha cambiado desde la última vez, pero no puedo evitarlo. Repaso las entradas más recientes, siempre encuentro algo que corregir, algunos artículos los habré corregido 10 o 15 veces, es un ejercicio para pulir el lenguaje, para aprender, un ritual que me ayuda a pensar.
A veces pierdo horas consultando diccionarios, buscando la palabra precisa y de repente estalla en mis manos y vuela a mi alrededor, la idea me seduce e intento cazarla, clavarla con un lápiz sobre un papel usado. Luego le aplico, con OpenOfficce, el producto adecuado para fijarla, para pulirla, para transformarla en algo leíble o legible que mas da. Acabada la operación la dejo reposar, que tome aire, a veces una hora, dos, a veces un día. Más tarde vendrá copiar y pegar sobre el blog y al día siguiente, como algo obligado, la repasaré, corregiré, cambiaré y volveré a repasar.
Todas las mañanas vuelvo al mismo rito, abro el correo, repaso la prensa, leo los blogs de rigor y, por último, corrijo mis últimos textos. Un día, me darán el alta, todo cambiará, sonará el despertador a las 5 y volveré al trabajo, a la falta de tiempo, a la falta de lectura, a la rutina que me alimenta. Llevo dos meses de baja, 60 dias apartado, 1.440 horas sin premura, 86.400 minutos deambulando entre libros y tareas domésticas, 5.184.000 segundos atrapado en un paréntesis ocioso y, mira por donde, le he ido cogiendo gusto.

2 comentarios:

  1. ya te vas haciendo a la idea de la vuelta al curro, espero que saques algo de tiempo para el blog aunque sea el finde

    ResponderEliminar
  2. Todavía te queda para volver al trabajo. A pesar de todo considera que tienes dos trabajos. El que te alimenta y el que te retroalimenta, que es éste mismo. Nunca dejes de leer, jamás, ni aún en la agonía extrema, (siempre hay una nota, un prospecto medicinal, una marca de vestimenta). Y nunca dejes de escribir. Ya sabes que las musas son cómodas. Y evasivas. Como no sudes se marchan y te olvidan. A pesar del cansancio, del tráfago diario, de los problemas, de la salud, de todo lo que te rodea, nunca dejes de escribir. Aunque sea sólo una frase. Para logralo hay que ser persistente. Salud, socio. Te sigo leyendo.

    ResponderEliminar