(Relato enviado a la sección Relatos en cadena del programa Hoy por Hoy de la cadena SER)
¡Imbéciles! ¡Gilipollas! ¡Cabrones! Gritaba mientras blandía una botella de whisky ya bebida. ¡Gilipollas! ¡Cabrones! ¡Imbéciles! Increpaba a esos seres de otro mundo, a esos marcianos que habían aterrizado en medio de la calle y le impedían el paso. ¡Cabrones! ¡Imbéciles! ¡Gilipollas! Fueron sus únicas palabras cuando la policía lo detuvo a altas horas de la madrugada.
¡Imbécil! ¡Gilipollas! ¡Cabrón! Lo más suave que oyó después de que hubiera destrozado la hoguera de aquel barrio. ¡Gilipollas! ¡Cabrón! ¡Imbécil! Fue su saludo ante el espejo ya consciente en comisaría. ¡Cabrón! ¡Imbécil! ¡Gilipollas! Se decía a si mismo a la salida del juzgado.
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